miércoles, 29 de junio de 2016

Tiempo

Tiempo, esto va hoy del tiempo. No de la magnitud fisica con la que acostumbramos a medir lo que dura un hecho o un acontecimiento, tampoco de cómo es capaz de ordenar pasados, presentes o futuros. Ni tan siquiera pretendo escribir de su relatividad, de cómo un segundo puede parecer una hora en ciertas condiciones ni de cómo una hora puede transcurrir más rápido que un segundo.

Es curioso escucharnos a menudo decir que estamos matando el tiempo haciendo algo sin sentido o sin razón o simplemente pasándolo como si nos estorbase.

El tiempo, esa indefinicìón que solemos utilizar para solucionar problemas que nosotros mismos no nos atrevemos a tratar esperando a que se arreglen solos.

En el ejemplo de acontinuación toda la definición que la física le da al tiempo no sirve de nada, incluso si no estuviese definida no pasaría absolutamente nada.

"El tiempo cura las heridas", "dentro de un tiempo estaré mejor"; intentad aplicad unidad de medida a ese "tiempo". Ahí no hay segundos, minutos o meses que valgan, solamente existe la indefinición de un concepto, la ambiguación de una palabra.

Qué sencillo es utilizar al tiempo como aliado siendo exctamente lo contrario; un tercero al que echarle el marrón sabiendo que solamente arregla los problemas mediante el olvido y además no hay que obviar sus consecuencias: ¿Cómo sabemos si es mucho o poco? ¿Si es tarde o temprano? ¿Cómo sabemos si ha sido suficiente o no?.

¿Cómo vamos a tener respuestas a problemas importantes que dejamos que el tiempo arregle si somos incapaces de en esas circunstancias medirlo?

No confundamos el tiempo con nuestras decisiones. El tiempo no arregla problemas, los mete en el fondo de un cajón, sin embargo nosotros somos quienes debemos ponerle medida al tiempo. Hasta aquí hemos llegado debemos decirnos.

Dedicado SBM

Leer más...